La
célula madre (stem cell en la literatura científica), se caracteriza por su
capacidad de autorrenovarse, es decir, mantenerse en estado indiferenciado, y
por su capacidad de generar un gran número de progenitores maduros.
La
célula madre embrionaria o germinal, derivada de abortos fetales o bien del
blastocisto en una etapa muy precoz de su división, posee pluripotencialidad o
capacidad de diferenciarse hacia las tres capas germinales: endodermo,
ectodermo y mesodermo.
Este
descubrimiento es la solución de enfermedades que afectan a órganos vitales:
enfermedades
cardiovasculares, neurodegenerativas, cáncer, diabetes, enfermedades genéticas,
etc.
Antes
de la utilización de estas células en humanos, existen algunos puntos que aún
necesitan ser aclarados por los investigadores.
1) El desarrollo de
métodos de diferenciación y aislamiento de poblaciones puras seleccionadas.
2) Demostrar que estas
células no sean teratógenas, ya que es conocida la capacidad de la célula
embrionaria de diferenciarse hacia teratomas o teratocarcinomas cuando se
trasplanta fuera del útero.
3) Conocer la integración
y funcionalidad de estas células tras el trasplante.
4) El problema de la
incompatibilidad inmunológica entre donante y receptor.
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